Tuesday 20 de May de 2025
AVENTURA | 18-05-2025 19:00

Kayakismo: otoño a puro remo

Tres recorridos de baja y mediana dificultad en el Delta, para tentarse a remar en las estaciones frías. Ida y vuelta en el día, bajadas en playas y puntos de reaprovisionamiento para que navegar sea un verdadero placer.
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Para muchos palistas, remar en invierno es un desafío para comprobar el equipo y la vestimenta. También el Delta en invierno resulta un paisaje plácido y espectacular. Apenas nos alejamos de la estación fluvial no adentraremos en cursos solitarios, neblinosos y con los árboles desnudos; una invitación a efectuar inolvidables recorridas en kayak. Nuestro inmenso Delta inferior ofrece innumerables circuitos para efectuar a remo.

Entre los más destacados hay tres hermosas singladuras: la remada hasta Dique Luján, el recorrido hasta el Paraná de las Palmas y la entretenida travesía hasta el histórico recreo El Fondeadero. Todas, con un poco de entrenamiento, son fáciles de realizar en un día completo.

Dique Luján

La remada a Dique Luján implica un mediano esfuerzo: en total son 12 km de ida y otros tantos de regreso, tomando como Km 0 la confluencia de los ríos Luján y Tigre. En este periplo recorremos el delta profundo Luján arriba, se atraviesan escenarios naturales de ensueño con muchísimas aves y bosques de ceibos, álamos y cipreses calvos. Además, es uno de los escasos lugares donde todavía se ven los viejos barcos fondeados y abandonados (como el legendario Madrid), embarcaderos y amarras. 


Al partir desde Tigre se puede efectuar una buena recorrida en, como mínimo, tres horas de remo, lo que dependerá de la correntada en contra que tenga el río Luján. Lo ideal es efectuar una parada de descanso en el canal Villanueva (donde hay un buen lugar de bajada y un almacén isleño en el que preparan sándwiches). No se cobra bajada y los precios son accesibles.

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El itinerario más directo es por el Luján, aunque los más entrenados suben hasta el Paraná por alguno de los ríos –como el Caraguatá– y bajan por el Arias hasta Dique Luján. En caso de viento sur, el recorrido de ida se simplifica bastante, aunque el regreso a Tigre puede volverse más trabajoso.

El Fondeadero, Canal Honda y Arroyón

Es el derrotero clásico del Delta: nos adentra por los arroyos Dorado y Arroyón, y resulta ideal para recorrer en una embarcación a remo, ya que los canales angostos permiten remadas tranquilas por lugares de ensueño donde seguramente observaremos muchísimas aves, con la posibilidad de descubrir carpinchos en su ambiente natural. Es uno de los escasos lugares donde todavía se observan bosques vírgenes de ceibos, extensos cañaverales y enormes juncales. Si partimos desde Tigre son 18 km de ida, los que, como mínimo, se efectúan en tres horas de remo

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El itinerario más directo es por los ríos Sarmiento, San Antonio, y los arroyos Dorado y Arroyón, hasta llegar al Canal Honda que, luego de cruzarlo, nos permitirá arribar al Recreo El Fondeadero. Un lugar con playa de arena, grandes arboledas, almacén y un restaurante que se destaca por sus las pastas caseras. 


Para calcular el regreso hay que zarpar temprano –a primera hora de la tarde– porque llegar a destino (Tigre) demandará entre tres a cuatro horas a ritmo tranquilo. En este recorrido podremos encontrar buenos lugares de bajada y almacenes isleños para comprar víveres frescos.

Paraná de las Palmas

Verdadero desafío para los kayakistas novatos: la llegada al Paraná por el río Capitán se ha vuelto un ícono para los remeros. Aunque es un recorrido fácil de realizar, no hay que subestimar la corriente en contra que encontraremos de ida. Es una travesía que demanda entre tres y cuatro horas de remo neto de movida para hacer casi 18 km (según el trazado elegido y la fuerza de los palistas). Es aconsejable navegar en grupo y que en el equipo se encuentre al menos uno que haya efectuado la remada una vez, tenga bien claro el derrotero a seguir y los tiempos necesarios para completar el viaje (ida y regreso), habida cuenta de que el sol se oculta temprano en invierno. 


El camino más sencillo es navegar por el Sarmiento hasta encontrar el río Capitán, y por él empezar la remontada hasta el Paraná. Una vez allí conviene parar en la playa adyacente al barco draga, que se halla en la intersección del Paraná y el Capitán, y que cuida un señor de nombre Sergio, quien amablemente permite la bajada de los kayakistas (llevarle una atención a este isleño es casi una obligación). 

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Si el clima está bueno y el Paraná se encuentra planchado podemos efectuar su cruce, el cual se realiza en 15 minutos y no es difícil. Siempre hay que mirar para ambos lados porque hay un tráfico intenso de barcos portacontenedores y otros. En caso de viento del sur u oleaje, dejaremos el cruce para un viaje futuro, ya que el Paraná con olas es un cauce de cuidado. 


En esta singladura hay posibilidad de reaprovisionamiento y de buenos lugares para bajar a tierra. El recorrido total es de aproximadamente 36 km. En caso de ir a bajo ritmo, es preferible efectuar una parada antes de llegar al Paraná y ver si nos dan los tiempos para regresar. En más de una oportunidad nos ha pasado guiar grupos que no pudieron llegar en un día de remo, pero a no preocuparse, con un poco más de entrenamiento se logra.


Por último, si el grupo tiene un poco más de resto físico, vale la pena regresar por el arroyo 9 de Julio, uno de los más pintorescos de la primera sección. Asombra su entorno agreste y la posibilidad de observar cientos de aves, ya que sus solitarias márgenes son sitios de anidamiento. Aunque no hallaremos buenos lugares de bajada.

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Patricio Redman

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