La ciudad de Puerto Deseado, en la provincia de Santa Cruz, acaba de ser sede de un estudio sin precedentes acerca de los tiburones gatopardo -considerados uno de los predadores tope de toda la Patagonia argentina-. que estuvo a cargo de especialistas de la Fundación Por el Mar, del Proyecto Arrecife y de la fundación norteamericana Tag a Giant bajo el seguimiento del Consejo Agrario Provincial.

Un tiburón bacota de los grandes en Claromecó
Para llevar a cabo el trabajo los científicos se valieron de una serie de imágenes que fueron aportados por colegas de la Universidad de Stanford, Estados Unidos. “Hay muchas preguntas sobre el tiburón gatopardo que todavía no tenemos respuesta, por eso la colocación de estos tags (trasmisores satelitales) que nos va a decir cómo son las migraciones en la región, dato de gran relevancia para la especie”, comentó, a través de un comunicado de prensa, Paula Dufourg, bióloga marina de Por el Mar. y del Consejo Agrario Provincial.
La supervisión del Consejo Agrario Provincial refuerza la relevancia de esta iniciativa en Santa Cruz. “Saber que en Santa Cruz se están desarrollando proyectos de punta a nivel nacional nos hace sentir super orgullosos, sobre todo sabiendo que nuestro ecosistema marino tiene un estado de conservación único”, destacó Marisol Espino Penilla, directora Provincial de Áreas Protegidas. "El objetivo es reunir datos que sirvan de base para la toma de decisiones, protegiendo así a una especie fundamental en la red trófica", agregó la especialista argentina.

Tiburón gatopardo: un estudio exhaustivo para evitar su extinción
Durante siete días de campaña, se colocaron ocho transmisores denominados “pop up”, esto quiere decir que, en un tiempo previamente configurado, se despegan. Algunos están programados para que se haga a los 120 días, otros a los 180, 210 y 240 días. Cuando se sueltan, estos transmisores van a la superficie y desde allí envían la información al satélite que, finalmente, será procesada en conjunto con los distintos grupos de investigadores y colaboradores.
“El estudio que estamos realizando es una oportunidad histórica. Se han hecho investigaciones previas, pero han sido de días o semanas. Esta vez vamos a tener escala de meses en el estudio del recorrido que hace el gatopardo”, relató Alejo Irigoyen, investigador del Consejo en el Centro para el Estudios de Sistemas Marinos (CESIMAR, CONICET),
"Esta información va a facilitar que, el día de mañana, se puedan proponer áreas específicas para proteger al depredador más importante del Mar Argentino", agregó quien también forma parte del equipo de Proyecto Arrecife.
Si bien para llevar a cabo el estudio, los científicos tuvieron que enfrentar condiciones climáticas muy adversas, lograron capturar 43 tiburones, de los cuales eligieron a a los que cumplían con las características requeridas. En cada maniobra, el equipo priorizó la seguridad de los animales, con un tiempo máximo de 4 minutos fuera del agua. Para ello, tres personas tapaban los ojos del tiburón y le colocaban una manguera para mantener la respiración.
Además de los transmisores satelitales, también se pusieron marcas de captura y recaptura en otros ejemplares, solicitando a los pescadores notificar si hallan algún individuo marcado. "Esta investigación promete un valioso aporte a la protección y manejo del gatopardo, clave en el ecosistema marino argentino·, concluyeron los investigadores.
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